Corrido de Zapata

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Autor: Enrique Emilio Arceo y García
(Música y Letra)

Muy fresca está la memoria
del gran caudillo Zapata,
hincando sobre la historia
sus dos espuelas de plata.

Plan de Ayala, Plan de Ayala,
manojo de imprecaciones
que en cada frase señala
la libertad de los peones.

Cayó nuestro general,
asesinado con saña
también se fue nuestro ideal
con nuestro jefe Magaña.

Los surcos se fecundaron
con sangre de corazones
y en sangre y surcos brotaron
mazorcas y rebeliones.

Diapasón hecho parcela 
una canción Cardenista
(canción de espigas marxistas,
decía en su original)  

que el viento con su vihuela
le lleva a los agraristas.

Cayó nuestro general
asesinado con saña
también se fue nuestro ideal
con nuestro jefe Magaña.

Ala que tambien rayó
surcos de azul amatista
y que en su ritmo ensayó
el mismo son agrarista.

Libertad, tierra y trabajo
en vez de esta vida amarga
ya no quieren los de abajo
seguir de bestias de carga.

Cayó nuestro general
asesinado con saña
también se fue nuestro ideal
con nuestro jefe Magaña.

Verdes montañas surianas
camino de la igualdad,
dad lugar a la ansiedad
de rifles y de cananas.

Que el sueño de libertad 
de nuestro inmenso caudillo
tendrá que ser realidad
con las leyes de gatillo.

Cayó nuestro general
asesinado con saña
también se fue nuestro ideal
con nuestro jefe Magaña.

Aquí termina el corrido
de Zapata el general
que defendió con su sangre
la tierra y la libertad.

Corrido del General Zapata

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Autor: Jesús Díaz Bustamante
Canta: Antonio Aguilar

Con mi guitarra en la mano
voy a cantar el corrido,
de un general afamado
por todos muy conocido.

Nació Emiliano Zapata
en un risueño pueblito,
del estado de Morelos
que se llama Anenecuilco.

En mil novecientos once
en armas se levantaba,
allá en la sierra suriana
Don Emiliano Zapata.

Militaban en sus filas
Perdomo, que era el primero,
el temerario Barona
y el valiente Genovevo.

Detrás de los tecorrales
con su gente bien armada,
peleaba contra Carranza
defendiendo el Plan de Ayala.

Montaba brioso caballo
que era de muy buena alzada,
un cuaco lobo gateado
con herraduras de plata.

En Chinameca murió
el agrarista suriano,
por la villana traición
del carrancista Guajardo.

Ya con ésta me despido
ya me voy por el sendero,
aquí se acaba el corrido
del valiente guerrillero.

También a Eufemio Zapata
y al general Salazar,
los dos hermanos Arenas
y Don Jesús Capistrán.

Corrido de la muerte del General Zapata

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Autor: Isaías Alanís.

Nobles conciudadanos, honrados compatriotas 
valle y tengan a bien me presten su atención. 
Hoy vamos recordando a los grandes patriotas 
que en gran descanso estén de Dios y la mansión.

El pueblo Plan de Ayala fue el teatro de esta escena 
el año incomprensible: 1910
quince nos persiguieron, las armas mexicanas 
batiendo castellanos de confin en confin. 

Honor estima y gloria al héroe de Morelos. 
Emiliano Zapata, nuestro libertador,
con letras de oro escrito su nombre esté en la historia, 
porque del campesino, él fue el defensor.

También hubo otros hombres que exhalaron su vida 
en aras de la causa de tierra y libertad,
el polvo del olvido ha borrado sus nombres 
así les ha pagado la ingrata humanidad.

Zapata fue el apóstol, lo quiso así el destino 
porque tomó el camino de espinas y dolor, 
quiso poner en alto la idea del agrarismo 
con una fe inviolable y dómnico valor.

También hubo otros hombres, entre otros generales 
como Camilo Duarte y Cliserio Alanís,
hombres dignos de gloria que por la causa agraria 
derramaron su sangre y dieron su porvenir.

El Cerro del Jilguero mil veces vio a Zapata 
con espuelas de plata montar vio su alazán 
y con su treinta treinta, igual que sus muchachos 
gallardo caminaba para Tlatilzapán.

Más tarde Chinameca vio caer a su caudillo 
acribillado a tiros, con ventaja y traición. 
Carranza fue el cerebro, Guajardo fue el verdugo 
para llevar a cabo tan vil ejecución.

Por fin triunfó la causa, la hacienda es el ejido 
ya los verdes maizales se miran con primor; 
los signos de aquel tiempo de Marcianito Silva 
un poeta zapatista y dómnico cantor.

En paz descansen todos los hombres que murieron 
y altivos perecieron en la revolución
y de aquí en adelante tenderemos con orgullo 
un templo en cada pecho y en cada corazón.

Corrido al General Zapata

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Autor: Jesús Zardaneta.

Voy a cantar un corrido 
que vale más que la plata, 
los versos son dedicados 
a mi general Zapata.

Zapata tomó las armas 
en el feliz mes de enero, 
para ayudar a la causa 
de don Francisco I. Madero.

Zapata estuvo ayudando 
a Madero en sus afanes, 
para que bien con despacio 
rectificara sus planes.

Pero Zapata mirando
que el tiempo ya se pasaba 
y que bienes y promesas
de eso ya nunca se hablaba.

Ya perdida la esperanza, 
al águila batió su ala, 
Zapata tomó las armas
y proclamó el Plan de Ayala;
y dijo: si Madero olvidó el Plan 
que enarboló en su bandera
yo sí cumpliré el de Ayala 
aunque perezca en la guerra.

Eso dijo este valiente 
y su estandarte tomó 
y con valor y fervor 
en Morelos combatió.

El grandioso Plan de Ayala 
nos lo cumplirá Zapata
con sus triunfos de Morelos, 
de Guerrero y Cuernavaca.

Él tuvo varios combates, 
como soldado valiente, 
animaba con su ejemplo 
a los jefes y a su gente.

Como Juan Francisco Méndez, 
lo mismo que Salazar
y don Panchito Pacheco 
juntos iban a pelear.

Genovevo de la O,
cuyo nombre no es extraño, 
Fortino Ayaquica es otro 
valiente como Montaño.

Milpa Alta, Jojutla y Chalco, 
Jantetelco y Atencingo, 
Juchitepec, Tres Marías, 
Topilejo y Tepalcingo.

Estos puntos recorrieron 
combatiendo sin igual, 
hasta llegar triunfantes 
a la hermosa capital.

En los tres puntos del sur 
hoy lo quieren con lealtad. 
porque nos da la justicia, 
paz, progreso y libertad.

Muchos decían que Zapata 
nos atraería graves males, 
que entrando en la capital 
se verían barbaridades, 
pero todo fue mentira, 
nadie lo puede negar,
porque entraron muy correctos 
soldados en general,
dieron garantías al pueblo 
para mostrar su lealtad, 
dando así fama y honor 
a su digno general.

Viva el general Zapata, 
viva su fe y su opinión, 
porque se dispuso morir 
por su patria, 
como hijo de la nación.

Corrido a los campesinos de la República Mexicana

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Autor: Liga de Comunidades Agrarias del Estado de Veracruz.

Cuando el gachupín llegó
hace cuatrocientos años, 
a despojar de sus tierras 
a todos los mexicanos. 

Trescientos años duró 
la desmedida ambición, 
arrasando por completo 
hasta nuestra religión. 

Esos hombres emplumados 
caminaban con destreza, 
de su civilización
que hable el Calendario Azteca. 

Este pueblo de Cuauhtémoc 
no lo podrán dominar,
él luchará por sus tierras 
para libre trabajar.

En mil ochocientos diez 
Hidalgo fue a la campaña, 
para arrojar al burgués, 
a ése que vino de España. 

Entre Hidalgo y Morelos 
hubieron hombres sublimes,
también hubo ambiciosos 
como Agustín de Iturbide. 

Lerdo y Juárez escribieron 
para el mundo la jornada, 
que ya grabada quedó
en el Cerro de las Campanas. 

Por sus tierras ha peleado 
este pueblo con denuedo 
por eso se levantó
con don Francisco I. Madero. 

La burguesía mexicana 
miró la cosa tan cierta, 
-mataremos a Madero;
de eso que se encargue Huerta. 

Zapata se levantó
con su valor insurgente, 
y el gobierno lo mató 
con puñal terrateniente. 

Se hacen las revoluciones 
en Washington sin tardanza; 
para asesinarlas luego, 
como le pasó a Carranza. 

Desde Madero a Obregón 
son diez ya los presidentes 
que ha cambiado la Nación, 
y seguimos como siempre. 

El Plan de Ayala nos trajo 
un porvenir que no es fijo; 
esa Ley del Seis de Enero 
que parece a la de Cristo. 

Toda la Reforma Agraria 
es una mera ilusión,
para Tierra y Libertad
hay que hacer expropiación.

Para vengar tanto mal 
de la burguesía asesina, 
todos los proletariados 
a empuñar la carabina. 

Nuestro dolor aconseja 
esta medida unionista 
bastante ya hemos sufrido 
al pie del latifundista. 

Sánchez ya se levantó
De la Huerta y fachismo, 
para pelear contra Calles, 
también contra el agrarismo. 

Los agraristas pa pronto 
salieron a la pelea,
y a muchos de los huertistas 
les quitaron la zalea. 

Obreros de la ciudad 
anden con mucho cuidado 
no se queden como en ésta 
como los guajolotes colgando. 

Viva la Internacional
de campesinos valientes, 
en su gran lucha mundial 
contra los terratenientes. 

Aquí se acaba el corrido 
debajo de los encinos, 
vivan los trabajadores, 
que vivan los campesinos.

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