Sep 22
Letras Anenecuilco, Antonio Aguilar, Carranza, Chinameca, Genovevo de la O, Guajardo, Jesús Capistrán, Jesús Díaz Bustamante, Morelos, Plan de Ayala, Salazar, Zapata
Autor: Jesús Díaz Bustamante
Canta: Antonio Aguilar
Con mi guitarra en la mano
voy a cantar el corrido,
de un general afamado
por todos muy conocido.
Nació Emiliano Zapata
en un risueño pueblito,
del estado de Morelos
que se llama Anenecuilco.
En mil novecientos once
en armas se levantaba,
allá en la sierra suriana
Don Emiliano Zapata.
Militaban en sus filas
Perdomo, que era el primero,
el temerario Barona
y el valiente Genovevo.
Detrás de los tecorrales
con su gente bien armada,
peleaba contra Carranza
defendiendo el Plan de Ayala.
Montaba brioso caballo
que era de muy buena alzada,
un cuaco lobo gateado
con herraduras de plata.
En Chinameca murió
el agrarista suriano,
por la villana traición
del carrancista Guajardo.
Ya con ésta me despido
ya me voy por el sendero,
aquí se acaba el corrido
del valiente guerrillero.
También a Eufemio Zapata
y al general Salazar,
los dos hermanos Arenas
y Don Jesús Capistrán.
Sep 08
Letras Atencingo, Chalco, Cuernavaca, Genovevo de la O, Guerrero, Jantetelco, Jesús Zardaneta, Jojutla, Madero, Méndez, Milpa Alta, Montaño, Morelos, Pacheco, Plan de Ayala, Salazar, Tepalcingo, Topilejo, Zapata
Autor: Jesús Zardaneta.
Voy a cantar un corrido
que vale más que la plata,
los versos son dedicados
a mi general Zapata.
Zapata tomó las armas
en el feliz mes de enero,
para ayudar a la causa
de don Francisco I. Madero.
Zapata estuvo ayudando
a Madero en sus afanes,
para que bien con despacio
rectificara sus planes.
Pero Zapata mirando
que el tiempo ya se pasaba
y que bienes y promesas
de eso ya nunca se hablaba.
Ya perdida la esperanza,
al águila batió su ala,
Zapata tomó las armas
y proclamó el Plan de Ayala;
y dijo: si Madero olvidó el Plan
que enarboló en su bandera
yo sí cumpliré el de Ayala
aunque perezca en la guerra.
Eso dijo este valiente
y su estandarte tomó
y con valor y fervor
en Morelos combatió.
El grandioso Plan de Ayala
nos lo cumplirá Zapata
con sus triunfos de Morelos,
de Guerrero y Cuernavaca.
Él tuvo varios combates,
como soldado valiente,
animaba con su ejemplo
a los jefes y a su gente.
Como Juan Francisco Méndez,
lo mismo que Salazar
y don Panchito Pacheco
juntos iban a pelear.
Genovevo de la O,
cuyo nombre no es extraño,
Fortino Ayaquica es otro
valiente como Montaño.
Milpa Alta, Jojutla y Chalco,
Jantetelco y Atencingo,
Juchitepec, Tres Marías,
Topilejo y Tepalcingo.
Estos puntos recorrieron
combatiendo sin igual,
hasta llegar triunfantes
a la hermosa capital.
En los tres puntos del sur
hoy lo quieren con lealtad.
porque nos da la justicia,
paz, progreso y libertad.
Muchos decían que Zapata
nos atraería graves males,
que entrando en la capital
se verían barbaridades,
pero todo fue mentira,
nadie lo puede negar,
porque entraron muy correctos
soldados en general,
dieron garantías al pueblo
para mostrar su lealtad,
dando así fama y honor
a su digno general.
Viva el general Zapata,
viva su fe y su opinión,
porque se dispuso morir
por su patria,
como hijo de la nación.
Jul 18
Letras Axochiapan, Ayala, Emiliano Zapata, Fortino Ayaquica, Francisco I. Madero, Francisco Mendoza, Francisco Pacheco, Genovevo de la O, Montaño, Morelos, Nepantla, Plan de Ayala, Salazar, San Luis, San Luis Potosí, Teloloapan, Tepexco, Yacapixtla, Zacualpan
Autor: Maximiliano Mendoza.
Oye, público ilustrado, el canto de una alma grata
que he dedicado estos versos a don Emiliano Zapata,
cuyo hombre tomó las armas en el feliz mes de enero
para defender la causa de don Francisco I. Madero.
El veinte de noviembre la guerra empezó a surgir,
don Emiliano en su tierra y don Francisco en San Luis.
Zapata estaba ayudando a Madero en sus afanes,
para que éste con despacio ratificara sus planes.
Después de un tiempo de guerra se hizo un triunfo sin igual,
y se marcharon sus huestes con rumbo a la capital,
Zapata estaba contento con el triunfo de Madero,
dicen que ya tiene sus tierras todo el pueblo jornalero.
Lo que prometió Madero ya no lo pudo cumplir,
en ese plan prometido allá en San Luis Potosí,
para hacerlo proclamar al poder debió subir
y que ya estando sentado su plan debiera cumplir.
Pero Zapata miraba que ya el tiempo se pasaba
y que bienes y promesas de eso ya nunca se hablaba;
ya perdida la esperanza la águila batió sus alas,
Zapata tomó las armas y proclamó el Plan de Ayala.
Si Madero olvida el plan que enarboló en su bandera
yo sí cumpliré el de Ayala aunque perezca en la guerra,
esto dijo ese valiente y su estandarte tomó
y con valor eminente en Morelos combatió.
El grandioso Plan de Ayala quiso cumplirnos Zapata
por sus triunfos en Morelos, en Guerrero y Cuernavaca,
con sus triunfos y combates como soldado valiente
animando con sus frases a los jefes de su gente.
En los tres puntos del sur sí lo quieren con lealtad
porque les da la Justicia, Paz, Progreso y Libertad.
Huerta le hacía mil promesas para que a él se rindiera
y se le frustró su empresa, Zapata siguió la guerra.
Combates muy eminentes inició desde ese día;
para cumplir su promesa él peleó con gallardía,
uniéndose valientes jefes ilustres de gran corazón
que lo ayudaron en todo dando fama a la Nación.
Como es Francisco Mendoza, lo mismo que Salazar,
y don Francisco Pacheco, juntos iban a pelear.
Genovevo de la O, cuyo nombre no es extraño,
y don Fortino Ayaquica, valiente como Montaño.
Estos tuvieron combates contra todos los gobiernos
en Ozumba, en Nepantla, Teloloapan y Morelos,
por Yacapixtla y Tepexco, esas partes recorrieron,
tuvieron fuertes encuentros en el cerro del Jilguero.
Felipe Neri allá andaba por todos esos lugares;
en Axochiapan y Zacualpan perdieron los federales,
estuvieron en Matlala, en San Marcos y Atlixco,
en San Nicolás y en Chietla, en Colón y en Cuatlixco.
Milpalta, Jojutla y Chalco, Jantetelco y Atencingo,
Juchitepec, Tres Marías, Topilejo y Tepalcingo,
esas partes recorrieron combatiendo sin igual
hasta que triunfantes llegan a la hermosa capital.
El espartano Zapata, fue por muchos calumniado,
porque muchos lo juzgaban como hombre depravado,
varios decían que al llegar les causaría graves males,
entrando a la capital se verían barbaridades.
Nada de eso, no fue cierto, lo efectivo se ha de hablar,
éstos entraron correctos, con muchísima igualdad,
dando gracias al Pueblo, demostrando su lealtad,
dando fama, honor y mérito a su invicto general.
Les suplico que perdonen esta humilde narración
a todos los que escucharon que he cantado
y una regia corona de laureles y de nardos
solamente le deseo a este caudillo denodado.
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