May 17
Letras Cuauhtémoc, Guajardo, Madero, Mexicano, Monterrey, Morelos, Plan de Ayala, San Juan Chinameca, Zapata
Como Judas tembló ante su crimen,
aquel crimen que al mundo asombró,
de un cobarde lo mismo repite,
otra historia que a otro hombre perdió.
Fue Guajardo el vil de los viles,
que no pudo en las luchas de honor
conquistar con aquellos fusiles
la existencia de un libertador.
Esto fue allá en San Juan Chinameca
diez de abril cuando un héroe murió,
cuando el grande don Pablo la Hiena
operaba por esta región;
no pudiendo vencer por la fuerza
y las armas de aquel gran campeón,
combinaron una estratagema
que horroriza a toda la nación.
Mexicano que tiene en sus venas
de Cuauhtémoc la sangre a la vez,
no asesina con esas vilezas.
A Zapata, una santa leyenda
le tendrá que juzgar cual un juez,
y veremos que no fue la Hiena
como el Judas muerto en Monterrey.
El caudillo suriano fue el genio
fuerte y firme en su santo ideal,
su memoria merece respeto
si es que se halla en la eternidad;
fue vendida en cincuenta mil pesos
por Guajardo el infame chacal
que asoló a nuestro bello Morelos,
aquel réprobo que hizo Satán.
Ni la sangre de toda la raza
maldecida por el buen pensar,
restituye la más cruel infamia
que registra en nuestro siglo actual.
¡Gloria al héroe de ese Plan de Ayala,
que ante Dios y ante la humanidad
por Dios y justicia imploraba
para hacerse un pueblo liberal!
A su tumba los negros crespones
hoy llevemos con respeto profundo
para hacer un recuerdo del hombre
que murió sosteniendo su ley,
del que nunca temía a los cañones
ni amenazas del alto poder;
sólo quizo enseñar a traidores
que amó al pueblo que lo vio nacer.
Como todo el pueblo ya lo sabe
lo que fue ese grande general,
quien altruista a los infames
alejó de su estado natal.
Ricachones que chupaban la sangre
a quienes oro y plata les dan,
derramando el sudor miserable
por cincuenta centavos quizá.
Fueron dueños del Estado
protegidos por Díaz y Corral;
ya no daban al proletariado
la justicia, todo era impiedad,
por millares de hectáreas contaban
los bandidos de nuestra entidad;
fueron tierras y agua que al pueblo
robaban en esa dictadura fatal.
Pero un hombre en el norte da el grito
belicoso para ir a pelear
contra Díaz y soldados malditos
que horrorizan a toda la nación;
y el Caudillo suriano, ofendido
de esa leva siniestra y rapaz,
hizo fiel juramento como indio
de salvar a su pueblo natal.
Pero como Madero no quiso
escuchar de ese pueblo el clamor
que le puso a llevar los destinos
de una patria llena de opresión
y Zapata, patriota y altivo,
ante la ara de nuestra nación
al apóstol aquel fementido
desconoce según su opinión.
Aquel hombre de bronce ya altivo
proclamó el Plan de Ayala con fe,
por dejar consumada su obra
que hace al pobre libre del burgués;
no luchó por un puesto de gloria
ni aceptó del traidor el laurel,
ni escuchó una voz protectora
de nación extranjera a la vez.
Ni el extinto Carranza con todos
sus bandidos pudieron vencer
a Zapata, que fue el gran apóstol
por su lema de justicia y ley;
fue su sangre vertida hecha lodo
por traidores que no olvidaré,
que mancharon su honor por el oro,
pero todo ya está en tinta y papel.
Yo sin ser del caudillo un soldado,
porque nunca podía yo mentir,
ha existido en mi pecho un santuario
para el nombre de aquel paladín
cuya fama pasó del océano,
y el problema agrarista de aquí
ya se cierne doquier y hace estragos
a esa raza de pulpos tan ruin.
Coloquemos por siempre en su tumba
negras flores el día diez de abril,
y allí estaremos compañeros todos
siempre juntos para hacer cumplir
Tierra Libre, que escribió la pluma
de Zapata, traicionado al fin
y a quien ese Dios de las alturas
que en paz goce si se encuentra allí.
Apr 18
Letras Camilo Duarte, Carranza, Guajardo, Ignacio Maya, Samuel Bonilla, Valentín Reyes, Zapata
¡Jesús! ¿qué haremos con Guajardo, el león furioso?
ya no es posible soportarlo en realidad,
les aseguro que algún día nos vuelve locos
con tanto susto y carreras que nos da.
¿Es muy valiente? el pueblo es muy medroso
para batirlo con honor y dignidad
dónde está Neri, Ignacio Maya y el famoso
Camilo Duarte, que vieran tal actualidad.
Ya no hay unión, no hay igualdad en nuestra gente,
para asimismo defendernos de esas fieras,
ya no buscamos enemigos hacia el frente,
sino al reverso para proteger la vida.
No hay más, en fin, se llevaron esos valientes
nuestros ganados, guajolotes y gallinas,
mientras nosotros contemplamos muy inerte
allá en los montes más altos nuestra ruina.
Maldito miedo que nos tiene sumergidos
en un estado de indulgencia y estupor,
rindiendo culto siempre al sexo femenino,
sin preocuparnos de la vida y del honor.
Régulo dijo en un momento de heroísmo
“Guerra al tirano, cruel y déspota invasor,
primero es patria que familia”, y él tranquilo
mandó hacer fuego a las trincheras sin temor.
¡Ay! si la Esparta nos hubiera conquistado
circularía por nuestras venas el valor
nos batiríamos como bravos espartanos
contra las huestes de Carranza sin temor.
No dejaríamos que violaran los tiranos
nuestras doncellas, nuestros templos y el honor,
ni sufriríamos la infamia del tirano
ni nuestra frente se cubriera de rubor.
Ahora Zapata, león del sur, que en gloria exista
cuando se trata de un combate en la ocasión
sólo contempla más que puras codornices
corriendo en grupos sin ninguna dilación.
Luego se trata de buscar un escondite
mientras pasan los momentos de aflicción
mientras los bravos carrancistas muy felices
saquean los pueblos y se van a otra región.
Más sin embargo, sigue la misión bendita
noble Espartaco, que tus armas triunfarán,
si los bravos del hermoso Plan de Amilpas
no te secundan, pero al fin contigo están.
Don Genovevo de la O y Don F. Ayaquica,
don Everardo González y Beltrán,
Valentín Reyes y otros más están en lista,
Samuel Bonilla y el valiente Catalán.
May 04
Letras Carranza, Cuautla, Emiliano Zapata, Guajardo, Madero, Revolución, Tlaltizapán, Zapatistas
Autor: E. Warman
Ha muerto Don Emiliano,
dicen los que á Cuautla ván,
que lo matáron a tiros
cerca de Tlaltizapán.
Para terminar con él
tuvieron que urdir un plán
y el jefe Jesús Guajardo
trabajó con mucho afán.
Con Zapata tuvo arreglos
diciendo se iba á voltear,
queriendo en su cámpamento
á Zapata aprisionar.
Pobre Emiliano Zapata,
qué suerte le fue á tocar,
él que tenía tanta plata
cómo se dejó matar.
Creyó el muy tonto la lana
que Guajardo le contó
y un batallón del Gobierno
hasta su canton entró.
Cuando le tendió la mano
á su aliado que llegó
al grito ¡viva Carranza!
la lucha éste principió.
Hubo un pánico terrible,
y nadie podía entender
las órdenes que se daban
y tuvieron que perder.
Zapata quedó sin vida
á los primeros balazos,
lo mismo que varios jefes
que lo sostenían en brazos.
El resto de zapatistas
por los montes se perdió
y otros fueron desarmados
pues Guajardo les ganó.
Los soldados victoriosos
con los prisioneros juntos
se encaminaron á Cuautla
para entregar los difuntos.
Con sorpresa sin segundo
se recibió esa noticia,
esperando que ya acabe
esa lucha sin justicia.
Ojalá que ya termine
para trabajar en paz,
que el trabajo es lo (que) quiere
desde el hombre hasta el rapaz.
Yá estámos muy bien cansádos
de révueltas y fatigas
y deseámos que háya páz
sin infámias, sin intrigás.
Pues el hombre que trabaja
solo pide garantías;
no que suba Juan ó Pedro,
sino el pan todos los días.
En mil novecientos diez
Zapata se pronunció
y al grito ¡viva Madero!
á todo el Sur levantó.
Desde entonces fue elogiado
por su bravura sin par,
y el Gobierno lo trataba
con respeto sin igual.
Madero subio al poder
y Zapata se volteó,
no quizo de él depender;
contra el Gobierno se alzó.
Y desde entonces, siete años,
contra de todos peleó,
lo mismo que contra Huerta
a Carranza combatió.
En su bandera llevaba
escritas promesas mil,
ofreció repartir tierras
y hacer rico al infeliz.
Pero al fin nada cumplió
de tan notables doctrinas
y su riquísimo Estado
quedó convertido en ruinas.
El se dedicaba al juego
á los toros y mujeres,
y los negocios de Estado
los dejaba a los ujieres.
Reunida la Convención
nó la dejó gobernar,
y le dio el triunfo á Carranza
por nó saber él mandar.
Y cuando debió ser notable,
por sus grandiósas acciones
así terminó sus días
por seguir viles pasiones.
Les ruego que me perdonen
si al narrar metí la pata,
pero así cuentan murió
don Emiliano Zapata.
Apr 27
Letras 1919, Ajusco, Amecameca, Ayala, Chinameca, Cuautla, Emiliano Zapata, Guajardo, Morelos, Pablo González, Porfirio Díaz
Autor: Armando Liszt Arzubide
Escuchen señores, oigan
el corrido de un triste acontecimiento:
pues en Chinameca ha muerto a mansalva
Zapata, el gran insurrecto.
Abril de 1919 en la memoria
quedará del campesino,
como una mancha en la historia.
Campanas de Villa Ayala
¿por qué tocan tan dolientes?
es que ya murió Zapata
y era Zapata un valiente.
El gran Emiliano que amaba a los pobres,
quiso darles libertad.
Por eso los hombres de todos los pueblos
con él fueron a luchar.
De Cuautla hasta Amecameca,
Matamoros y el Ajusco,
con los pelones del viejo don Porfirio
se dio gusto.
Trinitaria de los campos
de las vegas de Morelos,
si preguntan por Zapata
di que ya se fue a los cielos.
Don Pablo González
le ordena a Guajardo que le finja un rendimiento,
y al ver a Zapata disparan sus armas
al llegar al campamento.
A la orilla de un camino
corté una blanca azucena,
a la tumba de Zapata
la llevé como una ofrenda.
Señores ya me despido
que no tengan novedad.
Cual héroe murió Zapata
por dar tierra y libertad.
Apr 05
Letras Emiliano Zapata, Guajardo, Hidalgo, Morelos, Plan de Ayala, Plan de Morelos, Revolución Mexicana, revolucionarios, Zapatistas
Autor: Federico Becerra
Yo, con mi escaso talento
y aunque en mala inspiración,
quise formar estos versos,
dispensarán si hay error,
solo quiero hacer recuerdos
del caudillo que murió
allá en el plan de Morelos
cuna de ese héroe de honor.
Murió aquel grande patriota
que al Estado defendió
con las armas en la mano
luchando con gran valor,
el General Emiliano
cual Hidalgo reencarnó
á libertar á su pueblo
de aquel Gobierno opresor.
El nombre del guerrillero
grabado en el corazón
á los hijos de Morelos
con letras de oro quedó;
yo como humilde versista
le rendiré mi ovación
á nuestro invicto guerrero
Zapata el Libertador.
Ese invencible suriano
que la muerte desafió,
para poder libertarnos
su vida sacrificó
en los campos de batalla,
demostró su abnegación
defendiendo el Plan de Ayala
símbolo del Pabellón.
Aquellos justos ideáles
que hasta al morir defendió
tendrán que ser inmortales
en toda nuestra nación,
porque escrito en los anales
de la historia ya quedó
la sangre que por su Patria
con gusto la derramó.
Pero el traidor de Guajardo
que infame lo traicionó;
asesino depravado,
su nombre es negro borrón,
lo mismo el viejo don Pablo
que fue quien lo dirigió;
ante la historia su nombre
será de un vil y traidor.
En fin, patriotas surianos
que existen en la ocasión,
dispensen lo mal trovado
que un principiante narró,
como hijo que es del Estado
quiso rendir su ovación
á aquel gran jefe espartano
que grabó en su corazón.
No olviden que como Hidalgo
nos sacó de la opresión
cuando el español tirano
nos tuvo en la inquisición,
así el Señor Emiliano
su nombre inmortalizó
combatiendo á los tiranos
que oprimían á la Nación.
Siguiente página
Comentarios recientes