Valetín Elizalde, Lalo el de Guadalajara

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En honor al compa lalo
lalo el de Guadalajara
les cantare aqui estos versos para que todos lo sepan
que en la perla tapatía
hay hombres que en verdad pesan

Para muestra el compa lalo
valeroso y fino amigo
de Jalisco a Matamoros mueve cuadros de perico
su trailer color café
la mueve lindo y bonito
le gusta jalar la banda
sus amigos lo acompañan
y siempre incondicional la mujer que tanto ama
sus esposa su compañera
en las buenas y en la malas

Trae buenos carros del año
se pasea en Guadalajara
las armas carga consigo
es muy bueno para usarlas
su escuadra es 45
porta en su mano muy diestra
cuando la pone de punta
claritas salen las cuentas

Sus jales los hace solo
pues nunca anda acompañado
no se ocupan pistoleros
pa que cuiden a este gallo
arrojado y muy valiente
las pruebas ya las a dado
aveces en una moto
lo miran pasear seguido
una harley color tinto
rodeado de sus amigos
pal gobierno es otro joven
que les pasa inadvertido

Vive bien y se divierte
nunca se le espanta es sueño
compa lalo el jaliciense
es un gallo muy jugado
muchos se han equivocado
porque lo miran sereno
muy firme esta bien parado
como un encino sierreño

Valentín Elizalde, Regresan los mafiosos

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En Culiacán, Sinaloa
pasa lo que antes pasaba
han regresado los mafiosos
con mucha sed de venganza

y ha muerto gente inocente,
nada mas por sus andadas

Culiacán se distinguía,
hace ya tiempo por eso
y sonaban las metrallas
para darle gusto al dedo

hoy solo se oye que rugen,
no se respeta al Gobierno

antes nomas se pasiaban
en unos carros del año,

hoy tan solo se pelean,
nada mas por unos gramos
y solamente dios sabe
lo que ahorita esta pasando

nadie puede acostumbrarse
que regresen esos tiempos
ya se estaban olvidando,
daba vergüenza por eso

no era muy buena la fama,
y otra vez esta volviendo

ya con esta me despido
tengan cuidado soplones
por que la mafia no muere,
al otro día se reponen

para seguir trabajando
por toditos los rincones.

Valentín Elizalde, Juan Martha

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Decían que cargaba el diablo
mentiras no traiba nada
lo que traiba en su cintura
era una pistola escuadra

Robaba y mataba a gente
porque así se divertía
su cabeza tenia precio
quincemil pesos valía

Juan Martha era aguerrido
y temido del gobierno
los rurales le temían
como si fuera veneno

Su madresita llorando
lloraba y se los decía
si me dieran libre a mi hijo
quincemil pesos daría

Ya no llores madresita
ya no les ofrezcas nada
que llegando aquel cerrito
yo me rió de la acordada

Ya no llores madrecita
no me estés atormentando
que de cien vidas que debo
con una la estoy pagando

Esta noche con la luna
y mañana con el sol
te van a quitar la vida
sea por el amor de dios

Ya con esta me despido
pero les dejo una carta
para que sigan contando
el corrido de Juan Martha