Corrido del mártir de Chinameca

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Escuchen, señores,
Escuchen, señores,
Mi último canto,
Que destila llanto.

Los viles traidores
Segaron la vida
Que fue muy querida
De los sembradores.

Mas… sabed, campesinos
Que cayó Emiliano
Por los asesinos
De don Venustiano.

Pero es golpe que mata,
En acción desleal,
a sólo Zapata,
Pero no a su ideal.

Escuchen, surianos,
Escuchen, hermanos,
¡Maldición! ¡Venganza!
Clamorean los llanos
Contra de Carranza.

¡Adiós!, me despido
Con este corrido;
Dormirá mi canto
Pidiendo venganza
Contra de Carranza
En… el Camposanto.

De la persecución de Villa

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Patria México, febrero veintitrés,
dejó Carranza pasar americanos:
dos mil soldados, doscientos aeroplanos,
buscando a Villa, queriéndolo matar.

Después Carranza les dijo afanoso:
si son valientes y lo quieren combatir,
concedido, les doy el permiso,
para que así se enseñen a morir.

Comenzaron a echar expediciones,
los aeroplanos comenzaron a volar,
por distintas y varias direcciones,
buscando a Villa, queriéndolo matar.

Los soldados que vinieron desde Texas
a Pancho Villa no podían encontrar,
muy fastidiados de ocho horas de camino,
los pobrecitos se querían regresar.

Los de a caballo ya no se podían sentar,
más los de a pié no podían caminar;
entonces Villa les pasa en su aeroplano
y desde arriba les dijo: Gud bay.

Cuando supieron que Villa ya era muerto,
todos gritaban henchidos de furor:
ahora sí, queridos compañeros,
vamos a Texas cubiertos con honor.

Mas no sabían que Villa estaba vivo
y que con él nunca iban a poder;
si querían hacer una visita
hasta la sierra lo podían ir a ver.

Comenzaron a lanzar sus aeroplanos,
entonces Villa, un buen plan les estudió:
se vistió de soldado americano
y a sus tropas también las transformó.

Mas cuando vieron los gringos las banderas
con muchas barras que Villa les pintó,
se bajaron con todo y aeroplanos
y Pancho Villa prisioneros los tomó.

Toda la gente de Chihuahua y Ciudad Juárez
muy asombrada y asustada se quedó,
sólo de ver tanto gringo y carrancista
que Pancho Villa sin orejas los dejó.

Que pensarían los “bolillos” tan patones
que con cañones nos iban a asustar;
si ellos tienen aviones de a montones
aquí tenemos lo mero principal.

Todos los gringos pensaban en su alteza
que combatir era un baile de carquís,
y con su cara llena de vergüenza
se regresaron en bolón a su país.

Nuestro México, febrero veintitrés

1 Comentario

Nuestro México, febrero veintitrés,
dejó Carranza pasar americanos,
diez mil soldados, seiscientos aeroplanos,
buscando a Villa por todo el país.

Los de a caballo no se podían sentar
y los de a pie no podían caminar
entonces Villa los pasa en aeroplanos
y desde arriba les dice good bye.

Comenzaron a volar los aeroplanos
entonces Villa un gran plan les formó
se vistió de soldado americano
y a sus tropas también las transformó.

Mas cuando vieron los gringos las maderas
con muchas barras que Villa les pintó
se bajaron con todo y aeroplanos
y Pancho Villa prisioneros los tomó.

Todas las gentes en Chihuahua y Ciudad Juarez
muy asustada y asombrada se quedó
de ver tanto gringo y carrancista
que Pancho Villa en los postes les colgó.

Qué se creían los soldados de Texas
que combatir era un baile de carquiz.
Con la cara llena de vergüenza
se regresaron todos a su país.

Yo les encargo mis fieles compañeros
que se estén firmes al pie de su cañón
que disparen la última metralla
para defensa de nuestra nación.

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