Las hazañas de los Yaquis en Morelos

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Autor: Marciano Silva.

Adentro, rifleros, vamos al combate,
a dar grandes pruebas de nuestro valor,
no les causen miedo los míseros yaquis
ni el ligero toque de su cruel tambor.

Que al silbar los cuernos les cause coraje;
que hundidos los pechos les cause furor,
pelearles debemos, vengar el ultraje
que han hecho en los pueblos de esta región.
No digan los yaquis que aquí en nuestro Estado
todos carecemos de valor civil,
a todo escape vamos dispersados
cuando al fin furiosos los vemos venir.

Inmundos salvajes, vienen engañados,
por eso se meten sin miedo a morir,
porque aunque los maten, no les da cuidado
dicen: que a su tierra van a revivir.
Adentro, muchachos, que la muerte es dicha
cuando por su patria se llega a morir,
adentro, nos dice el jefe Ayaquica,
Cabrera y Alfaro, con voz varonil.

El muy arrojado, jefe que hay en lista,
señor Camarilla, bravo paladín,
que bien les ha dado a los carrancistas
con el muy valiente señor Vega Gil.

El muy invencible señor Caraveo,
y el señor Arenas con su división
mandaron los yaquis en tren de recreo,
para las cavernas del viejo Plutón.
Aunque en Tochimilco fue su gran trofeo
poco agradecidos de tal excursión,
Alvaro, cacique de aquellos soldados
creo que podrá darles una explicación.

El día 24 de agosto por fecha
fueron a batirse a San Juan Amecac;
con los guajolotes, gallinas cluecas,
cabras y borregos, qué barbaridad.
Los pobres marranos no hacían resistencia
los gallos volaban queriendo escapar
y ellos airados, decían con violencia:
de estos zapatistas ni uno ha de quedar.

Cargando con burros, vacas y cereales,
todo cuanto hubo en ese lugar,
se fueron contentos de aquellos lugares
que al fin les cubrieron su necesidad.

Tal es el inmundo proceder infame,
su lema horrible es irracional,
creo que Dios Padre quedaría desnudo
si de su alto trono llegara á bajar.
Por Dios, Venustiano, cambia de experiencia,
diles a tus militares que no vayan a matar
los pobres marranos, vacas y gallinas
y los guajolotes en lance fatal.

Diles que los jarros no son zapatistas,
ollas y cazuelas también el comal,
semillas en grano, rebozos y platos,
viejos mantequeros, también nixtamal.

Cambia de estrategia y de disciplina,
lleva tus legiones al cuerpo del honor
y no así a los pueblos a matar gallinas,
o a hombres indefensos sin ningún temor.

Tú quieres por fuerza sentarte en la silla,
tú que no conoces lo que es pundonor,
pídele a Zapata y a Francisco Villa
que te den ejemplo, mi buen Senador. (sic)

Los Valientes del 14, Antonio Aguilar

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Yo nací Zacatecano
yo nací cercas de aquí
a todos brindo mi mano
por que aquí somos así

Yo fui revolucionario
y pelee contra Barrón
era un viejo estrafalario
Viva la Revolución

Le dije a Francisco Villa
hay que echarnos este arroz
entraremos por la orilla
en el nombre sea de dios

Que viva mi general Francisco Villa

Con Urbina y con Natera
con Carrillo en el Crestón
ya esta aquí Maclovio Herrera
el caudillo de Torreón

Manuel Chao con Cisneros
y Ángeles el gran señor
los Arrieta con Bañuelos
y Contreras el mejor

José Trinidad Rodriguez
Manuel Banda en mi nación
con Aguirre Benavides
triunfaron sin discusión

glorioso estado de Zacatecas
y el cerro de la Bufa

En el cerro de la Bufa
dispare al pie del cañon
a mi ninguno me asusta
soy de mucho corazón

Gritaba Raul Madero
Pancho fue muerto a traición
Huerta el viejo bandolero
se valió de la ocasión

Cantando yo me despido
desde arriba del Crestón
la toma de Zacatecas
fue en bien de nuestra nación

La Tumba Abandonada, Antonio Aguilar

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Cuantos jilgueros y cenzontles veo pasar
Pero que triste cantan esas avecillas
Van a Chihuahua a llorar sobre Parral
Donde descansa el General Francisco Villa

Lloran al ver aquella tumba
Donde descansa para siempre el general
Sin un clavel sin flor alguna
Solo hojas secas que le ofrenda el vendaval

Viva mi General Francisco Villa

De sus dorados nadie quiere recordar
Que Villa duerme bajo el cielo de chihuahua
Solo las aves que gorjean sobre Parral
Van a llorar sobre su tumba abandonada

Solo uno fue que no a olvidado
Y a su sepulcro su oración va a murmurar
Amigo fiel y buen soldado
Gravó en su tumba estoy presente general

Canten jilgueros y cenzontles sin parar
Y que sus trinos se oigan en la serranía
Y cuando vuelen bajo el cielo de Parral
Lloren conmigo por el gran Francisco Villa

Adiós, adiós mis avecillas
Yo también quiero recordarle a mi nación
Que haya en Parral descansa Villa
En el regazo del lugar que tanto amó

Persecución de Villa, Antonio Aguilar

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En nuestro México, Febrero23
dejo Carranza pasar americanos
10,000 soldados, 600 aeroplanos
buscando a Villa por todo el país

Comenzaron a echar expediciones
los aeroplanos comenzaron a volar
por distintas y varias direcciones
buscando a Villa, queriéndolo matar

Los soldados que vinieron desde Texas
a Pancho Villa no podían encontrar
muy fatigados de 20 horas de camino
los pobres hombres se querían regresar

los de a caballo no se podían sentar
y los de a pie no podían caminar
entonces Villa les pasa en su aeroplano
y desde arriba les dijo good bye

Viva Villa!!, si señores

Comenzaron a lanzar los aeroplanos
entonces Villa un gran plan les formo
se vistió de soldado americano
y a sus tropas también las transformo

En nuestro México, Febrero 23
dejo Carranza pasar americanos
10,000 soldados, 600 aeroplanos
buscando a Villa por todo el país

Mi amigo el tordillo, Antonio Aguilar

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Mi amigo el tordillo, mi caballo palomo

Lo conocí de potrillo, galopando en la pradera
y yo le puse tordillo, tordillo por que su pelo así era
deberás, y lo eduque de chiquillo, nada mas para las trincheras

cuando ya vi que era hora, le compre su buena silla
mi 30-30 canana pistola y mi tordillo entendía
ya se nos vino la bola y nos vamos con Pancho Villa

Mi tordillo era entendido y por nada lo cambiaba
cuando nos vimos perdidos, perdidos por Obregon en Celaya
nomas lanzo un relinchido y nos fuimos para Chihuahua

Me demostró ser amigo, cerca de Torreón Coahuila
no obstante estar mal herido, el tordillo me llevo a la cerrania
enseguida, sacándome del peligro, pero dando por mi la vida

El tiempo ha transcurrido, del tordillo nada queda
a su nobleza suspiro, y suspiro al recordar lo que era
ya parece que lo miro, galopando haya en la pradera

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