Corrido de Zapata Niño

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Autor: José Muñoz Cota

Vengo a cantarles, señores,
una nueva novedad:
y es que Zapata está vivo,
pero vivo de verdad.

Cuando los viejos platican
cuento que el viento llevó
gustan de hablar de Zapata,
que muy niño se anunció.

Cuida el pueblo su leyenda
con alfarero fervor.
La pule, la va puliendo,
la guarda en una canción.

Después nos llega el “corrido”
de un ignorado cantor,
y así vive entre su pueblo,
lo que este pueblo adoró.

Gesta de los hombres fuertes
que dió la Revolución…
Zapata desde muy niño
en un corrido vivió.

Nos dice y anda diciendo,
algún viejo decidor,
que Zapata muy temprano
apuntó a libertador.

En Anenecuilco fue,
misérrima población
cerca de Villa de Ayala,
donde Zapata nació.

Jacales de Anenecuilco,
calleja donde creció
su cuerpo de niño serio
y concentrado vigor.

Una leyenda señala
su prematura intuición.
Leyenda que el pueblo quiere
y que este pueblo amasó.

Siendo muy niño, nos dice,
Emiliano presenció
cómo despojaba al padre
la injusticia del patrón.

¿Es que la tierra no es nuestra?
Si en esta tierra nació,
si en esta tierra ha jugado
y en esta tierra creció.

Zapata mira a su padre
que el trabajo encaneció.
Las manos del viejo tiemblan,
tiembla de rabia la voz.

Zapata mira a su madre
ocultando su dolor,
tras el rebozo que ciñe
y que el llanto ya mojó.

Zapata, el niño, no entiende
la injusticia del patrón.
¿Cómo les quita la tierra
cuando aquí siempre vivió?

Zapata niño predica
del jornalero la unión
y recuperar la tierra
que la codicia quitó.

No seas tonto, ha dicho el padre.
Todo lo puede el Señor.
Todo lo tienen los amos,
el indio sólo el dolor.

Entonces dijo Zapata
con extraña decisión:
Cuando sea grande, la tierra
se la quitaré al patrón.

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